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Wilber y su aventura por el bádminton

Con un corazón valiente y el sueño de convertirse en un paratleta profesional, José Wilber Ventura Orellana, de 13 años de edad, ha iniciado su camino deportivo practicando bádminton en el Centro Escolar Sagrado Corazón en San Miguel.

El pequeño Ventura, que desde hace más de un mes cuenta con una nueva silla de ruedas exclusiva para jugar, incursionó en el deporte gracias a la invitación que le hizo el profesor de educación física, Arquímides Mejía, quien observó talento en él.

“El profe en una clase de educación física me dijo que si quería comenzar a entrenar y yo le respondí que le consultaría a mi madre (Flor Orellana), quien me dijo sí. Al principio pensé que era para jugar tenis con una pelota, por la raqueta, pero luego entendí que era con un volante”, expresó Wilber. 

En las primeras competencias de bádminton que disputó en San Miguel, Ventura obtuvo séptimo lugar de entre 15 participantes en el Torneo Injuve y un quinto lugar en el Torneo Interescolar.

“En el primer torneo en el que participé gané los primeros partidos porque no se presentaron los rivales, en la siguiente fase perdí 7-11 y 9-11, eso fue emocionante para mí, el poder jugar con otros. Mi fortaleza en cada partido es regresar el volante por los costados”, contó el paratleta.

El bádminton es una disciplina que no es de contacto físico, lo que incentivó aún más a Flor para apoyar a su hijo a que lo aprendiera. La madre reconoce que el deporte ya era parte de la vida de Wilber con la práctica del fútbol, actividad que aprendió en casa con su hermano menor (Emilio) y sus primos, y que se extendió hasta la escuela con sus compañeros de clase. 

“Jamás me imaginé que él practicara algún deporte, con entrenos y todo. El profesor me decía que había que motivar a Wilber para que entrenara y jugara, ya que le servirá para cambiar su vida, eso fue hace un año y para mí es importante el poder verlo jugar. Él ahora entiende mucho ese deporte (bádminton)”, agregó la madre.

Junto al deporte, Wilber es aplicado en sus estudios, ya que aprobó su sexto grado con buenas calificaciones, lo cual genera buena satisfacción en su madre, pues considera que es un niño inteligente y aplicado.

Pero no todo ha sido fácil para Wilber, los padres del primogénito de la familia Ventura Orellana tuvieron días no muy alentadores, llenos de muchas preocupaciones debido a la condición en la que nació su hijo, dijo su madre.

“No sabíamos que nacería con esa discapacidad, lo supe hasta que me lo entregaron. Los médicos no me supieron decir porqué él no tenía sus piernas, no sabemos si es congénito. Al principio nos costó adaptarnos, no porque no lo quisiéramos, sino porque no sabríamos qué decirle cuando preguntara por sus piernas”, expresó su madre. 

Según Flor, a su hijo también le pronosticaron pocos años de vida, a pesar de que no presentaba otros problemas de salud.

“Recién nacido, las enfermeras me dijeron que los niños con su situación vivían poco, que le diera el amor que pudiera antes de morir. Gracias a Dios él ya tiene 13 años. Por ser un niño especial, estuvo en tratamiento en Centro de Rehabilitación Integral de Oriente (Crior) en donde aprendió a moverse y caminar con las manos”.

A pesar de todo, Wilber ha crecido en un hogar lleno de comprensión y amor, en el que sus padres han jugado el papel preponderante para que él tenga las mejores oportunidades para crecer y desarrollarse de manera independiente, visión que los llevó a buscar diversos apoyos.

“Empezamos a pedir ayuda y nuestras súplicas llegaron hasta la primera dama, Gabriela de Bukele, quien le ofreció a mi hijo sus prótesis, lamentablemente él no contaba con muñones para poder ubicar sus piernas artificiales. Para compensar por no darle unas prótesis, nos ayudaron a reconstruir nuestra casita”, explicó Flor. 

Pero las ayudas también llegaron por parte del Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (INDES), que donó una silla de ruedas para competencia, la cual fue entregada por la Oficina Departamental en San Miguel.

“Ha sido una valiosa ayuda, que le permitirá  a mi hijo mejorar en su deporte, así como facilitar su participación en las competencias”, mencionó Flor.

Wilber hoy es un adolescente que disfruta de la vida, que cumple con las tareas de la casa y sus estudios, se divierte con sus amigos jugando bádminton y a la pelota.

Publicado el 21-12-2022.