Con 12 años de edad, Moisés Ramírez, originario de Sonzacate, Sonsonate, se desenvuelve como portero en el Campus Sociodeportivo del Programa LaLiga, Valores y Oportunidad, porque tiene como ejemplo al guardameta alemán que milita en el FC Barcelona, Marc-André Ter Stegen.
El pequeño, que entrena en la categoría Alevines, se caracteriza por ser extrovertido y muy carismático. El compromiso que tiene al formar parte del Campus es tal que siempre es de los primeros en realizar de manera correcta los ejercicios que les enseña el monitor deportivo junto a Kiko González, entrenador de la Fundación LaLiga.
“Me siento muy orgulloso de ser parte de este programa porque mi sueño es llegar a jugar en un equipo de fútbol de España y siento que formarme en este campus me ayudará mucho para conseguirlo”, expresó el arquero.
Sus aspiraciones son tan grandes como el esfuerzo que muestra dentro de la cancha del Estadio Nacional Las Delicias, pues sabe que la oportunidad de la cual goza es algo que debe aprovechar al máximo para dar un paso más en la lucha por sus metas.
“Mi día dentro del campus inicia muy temprano, nos reciben con un desayuno y luego viajamos de la Residencia Internacional Universitaria hasta el Estadio Las Delicias, donde entrenamos por dos horas. Luego asistimos a talleres, donde nos enseñan de nutrición, psicología, fisioterapia y otros temas porque nos dicen que debemos ser deportistas integrales”, explicó el sonsonateco.
La evolución dentro de la cancha del portero de Sonzacate es notoria, pues se desenvuelve de forma efectiva a la hora de atajar el balón.
“El primer día del entrenamiento me sentí un poquito nervioso porque no conocía a nadie de mis compañeros, pero cuando comenzamos a jugar sentí que los nervios se me fueron y empecé a concentrarme en hacer bien las cosas”, detalló.
Para el alevín del Programa LaLiga, Valores y Oportunidad fue una sorpresa cuando lo llamó su entrenador de la escuela sociodeportiva y le contó que había sido tomado en cuenta para estar en el campus. Comentó que esa noticia fue de mucho orgullo para su mamá, Violeta Ramírez.
“Cuando mi profesor me dio la noticia, lo primero que hice fue decirle a mi mamá y ella me felicitó y se alegró mucho. Me dijo que se sintió muy orgullosa de que yo entrara aquí porque sabe lo mucho que me encanta el fútbol”, finalizó.
