El judoca Jairo Moreno, beneficiario de nuestro Programa Esfuerzo y Gloria, es el atleta más joven de la delegación salvadoreña y con su participación en París 2024 marca el regreso del judo nacional a los Juegos Olímpicos.
Con 22 años cumplidos, Moreno competirá este sábado 27 de julio contra el belga Jorre Verstraeten en la llave de los dieciseisavos de final de la categoría -60 kilogramos.
“Estoy bastante feliz por clasificar, este año vimos que se tenía la posibilidad, empezamos a sumar puntos y la meta era clasificar a Juegos Olímpicos por cuota continental”, explicó el judoca con una carrera deportiva de 17 años.
La delegación salvadoreña la completan Uriel Canjura, de bádminton y 24 años; Bryan Pérez que también competirá con 24 abriles; los nadadores Nixon Hernández, con 27 años; y Celina Márquez con 25; Israel Gutiérrez, de rifle con 32; y el velerista Enrique Arathoon, que llega a París con 32 años.
Jairo tiene el judo en sus genes, ya que sus padres, Miguel Ángel Moreno y Rubenia Castro, fueron seleccionados nacionales de este deporte y atletas de alto rendimiento entre 1995 y 2004.
El atleta aseguró la plaza a París por cuota continental y ya igualó el trabajo hecho por su padre Miguel Moreno, ex seleccionado nacional de judo que representó a El Salvador en Sídney 2000.
“Ha sido un proceso complicado, el deporte no es magia, sino que es esfuerzo, entrenamiento todos los días y seis veces por semana; gracias a Dios sigo los pasos de mis papás. Mi padre estuvo en los Olímpicos de Sídney y para mí es muy satisfactorio”, expresó.
El judo nacional no tuvo representación en Río 2016 pero con Jairo Moreno, regresa a la máxima cita olímpica. La última participación de un judoca salvadoreño en Juegos Olímpicos la tuvo Juan Diego Turcios en la división -81 kilogramos.
“De alguna manera siempre he estado metido en el judo por mis papás, ellos todavía compitieron en los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2002. Ellos siempre me dejaron libre para elegir el deporte que yo quería practicar, pero el judo siempre me llamó la atención. Le tengo amor al judo, creo que es un estilo de vida, no es un hobby ni trabajo, es algo que ya es parte de mí”, enfatizó.
Su padre Miguel Ángel Moreno, actualmente con 47 años cumplidos, ganó medalla de bronce en el Campeonato Panamericano de Judo de 1999 en Montevideo, Uruguay y en el continental de Orlando en el 2000, pero decidió retirarse en 2004.
En el caso de la madre de Jairo, Rubenia Castro, ganó bronce en el Panamericano de Montevideo, Uruguay de 1999 y se retiró en 2002 con apenas 23 años.
Jairo Miguel explicó que el conocimiento básico y las primeras llaves se las enseñó su padre hace unos 16 años y ahora es uno de los judocas que entrenan bajo la supervisión del ex seleccionado Óscar Henríquez y el seleccionado Carlos Alarcón.
“Me alegra mucho que mis papás hayan hecho judo, siempre han estado apoyándome y me dan consejos ya que todavía no llego al nivel que ellos alcanzaron, pero para eso voy. Mis padres me han compartido las experiencias y conocimientos y ahora me sirven porque es mi primer año que mido a nivel senior, es un salto grande y hay gente experimentada”, expresó el judoca.
“Jairo empezó a hacer judo muy pequeño y ha sido importante en su desarrollo, porque le ha dado disciplina, dedicación y responsabilidad en todo lo que hace. Era un niño bastante hiperactivo y el judo le ayudó a centrarse, ponerse metas de vida y desde que estaba en sexto grado siempre ponía al judo en el horizonte”, explicó Rubenia Castro, quien dejó escrito su nombre en la historia del judo salvadoreño como medallista de bronce en el Panamericano de Montevideo, Uruguay en 1999.
Castro explicó que tras su retiro del tatami, ahora se dedica por completo a la educación de Jairo, y Yago, su otro hijo, tarea que alterna con su carrera como asesora y economista.
