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De Mariona a campeón panamericano y subcampeón mundial: la historia de Yuri Rodríguez

Nació el 28 de octubre de 1983, en plena guerra civil en El Salvador. Siendo el hermano mayor y por falta de ayuda económica por parte de su padre, a los pocos años de edad le tocó aprender oficios varios para contribuir con el sustento de su hogar. Esta es la historia de William Yuri Rodríguez González, el fisicoculturista salvadoreño que acaba de consagrarse subcampeón en el Campeonato Mundial que se realiza en Emiratos Árabes Unidos.

Yuri creció en un hogar muy humilde junto a su madre, Vilma González de Rodríguez, y su hermana, Erika Rodríguez González. Por la ausencia de un padre proveedor, su familia afrontó muchas dificultades económicas y eso lo obligó a trabajar desde temprana edad. “A mis 11 años de edad tuve mi primer trabajo como ayudante en un taller de enderezado y pintura, era muy pesado, pero me gustó. A los 13 años vuelvo a trabajar como aprendiz en otro taller y mi paga eran cinco colones que me servían mucho, era explotador, pero no renegaba”, dice el atleta.

A los 14 años, Yuri se aleja de los talleres y comienza a trabajar en un supermercado famoso de esa época. Su pago eran 180 colones, más las propinas de 35 a 40 colones, suficientes para suplir algunas necesidades en el hogar.

Luego llega un momento complicado para Yuri, pues inicia sus estudios en el Instituto Nacional General Francisco Menéndez (INFRAMEN) y se involucra en las riñas estudiantiles que no lo llevaron a nada bueno, Al contrario, terminó viviendo sus últimos años de la adolescencia en la cárcel.

Con nostalgia, el fisicoculturista recuerda que en una de esas riñas estudiantiles fue capturado por la Policía Nacional Civil (PNC) y tras un largo proceso fue sentenciado a ser un privado de libertad en el Penal la “Esperanza”, mejor conocido como “Mariona”. Ya en el recinto penal, Yuri culminó su bachillerato y tuvo un buen comportamiento que lo llevó al programa de rehabilitación y reinserción social (reo con beneficio de fase de confianza), y con ello llegó la oportunidad de iniciar sus estudios de ingeniería en la Universidad de El Salvador (UES), estudios que no culminó por muchos factores que prefiere no ahondar.

La cárcel y las pesas

“A los 21 años empecé a levantar pesas de una manera formal con rutina y a diario. De niño me gustaba la actividad física y algunos deportes como fútbol, baloncesto, béisbol, correr. Y en mi adolescencia admiraba los cuerpos bien trabajados de los actores de las películas”, expresa Yuri, quien no tiene problemas para reconocer que fue en la cárcel que descubrió su pasión por levantar pesas y moldear su cuerpo. De igual forma, el fisicoculturista acepta que estar en la cárcel le enseñó a nunca darse por vencido y por ello, al salir del reclusorio comienza a buscar trabajos para suplir sus necesidades económicas. En ese tiempo, Yuri labora como repartidor de volantes de tiendas de abarrotes en diferentes cabeceras departamentales y hasta se convirtió en bailarín en un grupo coreográfico que daba publicidad a una marca de pan.

Pero su ambición deportiva iba más allá y consigue trabajar en los mejores gimnasios de esa época, entre ellos: Nautilus, Franchesca, Perfect Body,Magaña, Fit Zone, Bally World Gym, y Be Fit, entre otros. Trabajando en esos gimnasios, Yuri comienza a perfeccionar su cuerpo para incursionar en el mundo competitivo deportivo hasta hacer su debut en 2005. “Mi primera competencia fue en los Juegos Interfacultades de la universidad en 2005 y para mi sorpresa quedé campeón absoluto teniendo como tres meses de preparación. Fue bonito, pero quería aspirar a más y me fui a una competencia de la región y gané plata en principiante (70 kg) y bronce en universitario. Esto me convenció que si traía para el fisicoculturismo”, recuerda Yuri, quien ya acumula 14 años de carrera deportiva.

En ese mismo año, Yuri afronta su primera competición oficial federada y luego participa en una exigente competencia de físico y potencia, organizada por una leyenda de este deporte, Óscar Vásquez. Por la cantidad de atletas, 14 en total, deciden hacer una sola categoría con atletas de más de 20 años de preparación. “Había mucha competencia, quedé en cuarto lugar en un nivel exigente y en ese momento me dije que el fisicoculturismo si era para mí”, relata Yuri.

Desde entonces, el enfoque de Yuri cambia completamente y pasa de ser un flaco e inseguro atleta a tomar en serio su carrera en esta disciplina, a querer ser un deportista de alto rendimiento. Gracias a ello, en 2007 integra la selección salvadoreña de fisicoculturismo en la categoría 85 kg y comienza a someterse a una preparación sumamente fuerte con miras a un evento centroamericano en Belice, sin embargo, por situaciones legales no pudo viajar al evento.

Luego, Yuri participó en otra cantidad de eventos en los que acumuló experiencia y triunfos que lo llevaron a sus primeros Juegos Centroamericanos en 2010, en los que gana medalla de oro. “Me mentalicé y me pregunté: ¿Qué es lo que haría el campeón centroamericano? Porque había momentos que no quería levantarme en las madrugadas, así que tomé una actitud positiva, me levantaba, me bañaba y me iba a entrenar. De repente también pensaba: “Esta dieta está fea” y me volvía hacer la pregunta y retomaba con buena actitud mis comidas”, dice el ahora medallista de oro panamericano y subcampeón del mundo, quien lleva un régimen alimenticio que pasa por comer porciones controladas de huevo, pescado y pollo a la plancha y vegetales.

Yuri toca el cielo

En 2018, Yuri se enfocó en un solo objetivo: clasificar a los Juegos Panamericanos Lima 2019. El camino, no obstante, fue complicado, ya que el atleta revela que “todas las competencias de ese año me jugaron una broma”, y agrega que “mi mejor preparación la logré en México, en un evento Centroamericano y del Caribe, en el que quedé en el segundo lugar, eso me frustró, porque en todo el año tuve competencias nacionales e internacionales y en ninguna lograba agarrar un primer lugar. La mentalidad de campeón ya no estaba funcionando tanto, aunque también es de tener en cuenta que no siempre se puede ganar”, reflexiona el fisicoculturista que nunca se rindió. “Me mentalicé dos cosas: uno, hacer mejor las cosas que en los años anteriores, trabajar más el cuerpo; dos, tener una coreografía intachable. Preparé todo, me las ingenié y estaba listo para la competencia”, asegura el atleta que consiguió su objetivo: el boleto a Lima 2019.

Fue en el Campeonato Panamericano, realizado en Guatemala, que Yuri termina en el segundo lugar y logra el boleto directo a los Juegos Panamericanos Lima 2019. “Estructurar la mente y el físico con el mismo propósito era la idea de seguir preparándome y ahora la pregunta era: ¿Qué es lo que haría el campeón panamericano?”. Ya con el boleto a los Juegos Panamericanos asegurado, Yuri revela que “fui tan estricto, hice extremos en la preparación que nunca antes había hecho y estaba seguro que la medalla iba a ser mía. Lo único que necesitaba era dar el peso, porque sabía que lo demás estaba hecho”, dice, al recordar que tuvo la corazonada de su triunfo.

Fue así que Yuri confiado en que le daría la medalla de oro a El Salvador en los Juegos Panamericanos Lima 2019 marcó la historia deportiva, a un día de finalizar la justa logró poner al país en el medallero general. Fue el sábado 10 de agosto de 2019, que Yuri tocó el cielo al ganar su ansiada presea dorada en la categoría Fisicoculturismo Clásico y ser el primer hombre medallista de oro en la historia de esta disciplina en los Juegos Panamericanos.

Y Yuri volvió a tocar el cielo este viernes, luego de quedarse con la medalla de plata en la categoría games classic bodybuilding categoría más de 175 centímetros del Campeonato Mundial que se realiza en Emiratos Árabes Unidos. Yuri participó en esta competencia junto a otros 17 atletas, siendo solo superado por el representante local, Khalifah Ali barman Shamroukh, tras una cerrada faena.

“Estoy contento. Valió la pena el esfuerzo, el sacrificio. Esto me motiva para trabajar más duro. Estuvo reñido. Sentí muchas malas vibras de algunas personas que dijeron que no tenía capacidad para llegar aquí, pero yo soy profesional en esto. Yo me reviento por mi país.  No es descabellado soñar con un primer lugar y un campeonato absoluto. Yamil Bukele (presidente ad honórem del INDES) prometió apoyo y aquí estoy. La gente de INDES es una bendición en mi vida”, recalcó emocionado el nuevo subcampeón del mundo.  

Eso sí, a pesar de haber alcanzado estos triunfos, la humildad de este salvadoreño está intacta. Y aunque quizá muchas veces se cree que hay un álter ego, no es así, ya que el mundo del fisiculturismo demanda estética física y exhibiciones para mostrar una musculatura fuerte y definida, que pasa por exaltar la vanidad deportiva.

“No es un hobby, es un medio que ha hecho un cambio radical en quién soy y hacia dónde me dirijo. Es un orgullo representar a mi país, mi compromiso es total y siempre busco estar a la altura y poder decir El Salvador está presente a lo grande en el mundo del fisicoculturismo”, dice muy orgulloso Yuri Rodríguez, el máximo representante salvadoreño del deporte de los cuerpos perfectos.

Publicado el 08-11-2019.

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